Mi Garganta: Un Espejo de Conflictos Ocultos

Sanar mi Garganta

Imagina tu garganta como un escenario donde se representa una obra de teatro. En este escenario, cada vez que respiras, bebes o comes, estás «ingiriendo» la realidad. Y cada vez que hablas o expresas tus emociones, estás proyectando tu mundo interior.

¿Alguna vez has sentido un nudo en la garganta antes de decir algo importante? ¿O quizás una irritación persistente que no se va con ningún remedio? Tu cuerpo te está hablando. La garganta, desde la perspectiva del Coaching NeuroBiológico, es mucho más que un simple conducto. Es un centro de expresión y recepción, un lugar donde los conflictos emocionales pueden manifestarse físicamente.

  • Dolor de garganta: ¿Te culpas por algo que dijiste? ¿O por algo que no te atreviste a decir? Ese dolor podría ser la voz de tu arrepentimiento silenciada.
  • Rabia contenida: La furia que no se expresa puede inflamar tu garganta, creando una sensación de quemazón interna.
  • Dificultad para afirmarte: Si te cuesta defender tus ideas, podrías estar agotando la energía de tu garganta, sintiéndote constantemente reprimido.
  • Infecciones como la amigdalitis: ¿Te sientes irritado? ¿Sientes que la energía se estanca en tu interior? Estas infecciones pueden ser un grito de tu cuerpo pidiendo liberación.
  • Problemas para tragar: ¿Hay alguna persona o situación que te cuesta aceptar? ¿Te obligan a creer algo que va en contra de tus principios? Esa dificultad para tragar puede ser un reflejo de tu resistencia interna.

MÁS ALLÁ DE LA GARGANTA: FARINGE Y LARINGE

Profundicemos un poco más en este escenario. La faringe, esencial para ingerir, nos habla de nuestra capacidad para «agarrar» o «expulsar» lo que nos rodea. Los conflictos aquí pueden estar relacionados con el ataque, la defensa y la comunicación.

La laringe, por otro lado, es la mensajera. Conecta la faringe con la tráquea y se encarga de expresar nuestros mensajes al mundo. Los problemas en esta área suelen estar ligados al miedo, al pánico y a la incapacidad de comunicar nuestro malestar.

En resumen: Tu garganta es un poderoso indicador de tu bienestar emocional. Presta atención a las señales que te envía. Escucha tu cuerpo. Y recuerda, a veces, la clave para sanar está en liberar las palabras que se quedaron atrapadas en tu interior.

EJERCICIO: EL DIÁLOGO SILENCIOSO CON TU GARGANTA

Este ejercicio te invita a escuchar las sensaciones de tu garganta y a permitir que emerjan las emociones o situaciones asociadas. Busca un lugar tranquilo donde no te interrumpan y dedica unos 15-20 minutos a este proceso.

Pasos:

  1. Preparación (2-3 minutos):
    • Siéntate cómodamente con la espalda recta pero relajada. Puedes cerrar los ojos suavemente o mantener la mirada baja y suave.
    • Toma algunas respiraciones lentas y profundas. Inhala por la nariz, sintiendo cómo el aire llena tu abdomen, y exhala suavemente por la boca. Repite esto unas cuantas veces hasta que sientas que tu cuerpo se relaja ligeramente.
    • Lleva tu atención a la zona de tu garganta. Siente el contacto de tu ropa, la temperatura del aire en esa zona. Simplemente observa sin juzgar.
  2. Sintonizando con las Sensaciones (5-7 minutos):
    • Ahora, pregúntate internamente: «¿Qué sensaciones hay presentes en mi garganta en este momento?».
    • Puede que sientas tensión, un nudo, sequedad, picazón, calor, frío o incluso una sensación neutra. Permite que cualquier sensación esté presente sin intentar cambiarla.
    • Si aparece alguna sensación, profundiza un poco más preguntándote: «¿Qué me recuerda esta sensación?». No fuerces la respuesta, simplemente permite que cualquier imagen, recuerdo, emoción o palabra surja de forma natural.
    • Si no sientes nada en particular, simplemente mantén la atención en la zona de la garganta, como si estuvieras escuchando atentamente.
  3. Explorando el Conflicto (5-7 minutos):
    • Una vez que tengas alguna conexión con una sensación o una idea que haya surgido, pregúntate: «¿Qué no estoy pudiendo decir o expresar?».
    • Permite que las respuestas fluyan libremente, sin censurarlas. Pueden ser palabras dirigidas a alguien, una opinión que te guardaste, una emoción que no mostraste.
    • También puedes preguntarte: «¿Qué estoy ‘tragando’ o aceptando que me resulta difícil?». Esto puede estar relacionado con situaciones, expectativas o creencias ajenas.
    • Visualiza simbólicamente esa «palabra no dicha» o esa situación que te cuesta «tragar». ¿Qué forma tiene? ¿Qué color? ¿Dónde se siente con más intensidad en tu garganta?
  4. Liberación Simbólica (3-5 minutos):
    • Ahora, imagina que, con cada exhalación, estás liberando esa tensión, esa palabra retenida o esa dificultad para tragar.
    • Visualiza cómo esa energía densa o esa imagen se disuelve y se va con tu aliento.
    • Puedes incluso hacer un sonido suave al exhalar, como un suspiro o un «ahhh», si sientes que eso te ayuda a liberar.
    • Si hay palabras que necesitas decir, aunque sea en este espacio seguro de tu mente, permítete decirlas en silencio.
  5. Integración y Cierre (2-3 minutos):
    • Lleva nuevamente tu atención a la respiración. Siente cómo el aire entra y sale de tu cuerpo con más suavidad.
    • Agradece a tu cuerpo por comunicarse contigo.
    • Mueve suavemente los dedos de las manos y los pies. Cuando te sientas listo, abre lentamente los ojos.

Reflexión Post-Ejercicio:

Después de realizar el ejercicio, tómate un momento para reflexionar sobre lo que surgió. ¿Hubo alguna emoción o situación recurrente? ¿Sentiste algún cambio en la tensión de tu garganta? No es necesario que tengas respuestas inmediatas, simplemente observa y registra cualquier insight que pueda haber surgido.

Consideraciones Importantes:

  • Sé paciente contigo mismo: Este es un proceso de escucha interna, y a veces las respuestas no llegan de inmediato.
  • No juzgues: Permite que cualquier emoción o pensamiento surja sin criticarlo.
  • Repetición: Puedes realizar este ejercicio con regularidad, especialmente cuando sientas tensión o malestar en la garganta.
  • Complemento, no sustituto: Este ejercicio es una herramienta de autoconocimiento y liberación emocional. No sustituye la consulta con un profesional si experimentas síntomas físicos persistentes.

Espero que este ejercicio te sea útil para comenzar a liberar esos conflictos ocultos y a conectar más profundamente con la sabiduría de tu cuerpo. ¡Cuéntame cómo te va si decides probarlo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *